viernes, 8 de mayo de 2015

Reserva ecológica a tener en cuenta


En el día de ayer, miércoles 6 de mayo, mis compañeros y yo visitamos la reserva de Lomás, Santa Catalina. El propósito de nuestra visita era conocer bastante más la flora y fauna nativa de nuestro país.


    Al llegar a la reserva, la cual está dividida en la parte provincial y la municipal, el guía de la reserva, Pablo Centurión, nos recibió muy amablemente. La parte provincial posee 66 hectáreas mientras que la municipal, a la que asistimos, tiene 18 hectáreas. Al acceder a la reserva, nos enteramos de que el parque se encontraba en desuso hasta hace un año y medio. Así como que también los guardaparques tratan de mantener al lugar establemente natural, es decir, sin agregarle senderos de cemento o incluso cortando el pasto en lugares que no sean caminos, como estaría podríamos decir, sin la llegada del ser humano.


   Durante la primera parte de la reserva (sin haber llegado aún al bosque), el guía nos contó sobre la existencia de plantas exóticas, como el eucalipto (de origen australiano) cuyas raíces eran tan extensas y poco profundas que evitaban el crecimiento de otras plantas nativas, como el Ombú y el Coronillo, y que eran sensibles a grandes tormentas, ya que sus raíces no los contenían del todo. También nos topamos con un Ceibo, nuestra planta nacional (así como también la uruguaya), del cual Pablo nos contó que su corteza tiene propiedades medicinales, que a su vez eran utilizadas por los indígenas en la antigüedad.
  
  Mientras caminábamos por los frondosos caminos del bosque, el señor nos contó sobre la existencia de la Tala y el Ombú, del cual nos comentó que debido al transporte de especies extranjeras al país, los animales (principalmente pájaros), preferían alimentarse de sus frutos, los conocidos, en vez de los exóticos. Por esta razón es que su crecimiento y desarrollo suele demorarse.


  Al adentrarnos más en el bosque, el guía nos mostró un proyecto que la reserva particularmente tenía, que trataba sobre la reincorporación de una mariposa vista por última vez en 1966 llamada Bandera Argentina. El proyecto Coronillo pretende, mediante la recreación del ambiente, que la mariposa renazca en este escenario recreado. Para lograr esto, se traen orugas de Punta Indio, entre otras cosas. La Bandera Argentina obviamente comparte los colores de nuestra bandera nacional en sus esbeltas alas. El tamaño de esta mariposa es apenas más grande que la de la Monarca.
  
  Al salir del bosque, tuvimos un pequeño recreo en el que comimos y compartimos cosas traídas de casa, y al finalizar, el guía trajo consigo a un lagarto Overo. El cual ya había muerto y se encontraba en un envase con formol y alcohol para que su cuerpo no se descompusiera y desintegrara a medida que el tiempo corría. Como la visita terminaba, encabezamos la vuelta sin problemas.
 
  
  

4 comentarios:

  1. holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  2. Muy buen trabajo. Tu crónica respeta el orden cronológico y aporta gran cantidad de información clara y relevante. Texto correcto gramatical y ortográficamente.
    10 (diez)

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