"La nave de los locos".

En la clase de Comunicación, Cultura y Sociedad vimos una película argentina llamada "La nave de los locos" de Ricardo Wullicher. 
La película trata de cómo Laura y Miguel, una pareja oriunda de Buenos Aires se va a vivir a San Martín de los Andes. Allí comienzan una amistad con un matrimonio que ya conocían de Bs. As, Agustín y Julia, que poseen un alto nivel adquisitivo. Estos los ayudan, consiguiéndole trabajo a él como médico en el hospital y una casa donde  vivir, ya que son personas muy influyentes en esa comunidad. Agustín Márquez es un empresario muy importante que está construyendo un hotel increíble en un terreno que el estado le cedió a la comunidad Mapuche, donde está su cementerio. El cacique, Esteban Pilcumán, fue a quejarse en distintas ocasiones. No obstante, esto fue en vano ya que fue ignorado, a nadie le importaba su cementerio ya que el hotel sería beneficioso para la economía de San Martín de los Andes y generaría muchos puestos de trabajo. Queriendo defender a su comunidad, Pilcumán incendia el hotel. Al hacerlo, tiene la mala suerte de que el hijo de Agustín, enfadado, justo entrara. Así termina muriendo el joven. Como resultado, todo el pueblo comenzó a ver a Pilcumán como un asesino, quien había atentado contra el bien y el progreso de la ciudad. El empresario le inicia un juicio; sin embargo, Laura (quien a pesar de no ejercer la profesión, era abogada) tras deliberar con su marido  decide defender al cacique ya que había hablado con su hermana y esta le había comunicado los motivos por los que el mapuche había producido el incendio. Así, Laura y Miguel se ganan el odio de todo el pueblo, incluyendo el de su pareja  amiga. Aunque Agustín les quita la casa y a Miguel lo despiden, los bonaerenses siguen luchando por los derechos de los Mapuches. Laura logra cambiar la situación pese a que el abogado del empresario defendía su postura neciamente, alegando que como vivían en el contexto de una sociedad  occidental no se podía tener en cuenta las opiniones y creencias de un Mapuche.  Finalmente, Laura obtiene la liberación de Pilcumán y que se le haga un juicio a Agustín y los cómplices que habían usurpado ilegalmente territorios Mapuches. 

Aunque cada vez hay menos gente que piensa así, hoy en día hay mucha gente que  no comprende que existen diversas culturas y que todas merecen el mismo respeto, sin importar su tamaño o alcance. Aquello es etnocentrismo, mirar peyorativamente desde la propia cultura a la ajena, ofreciendo una mirada negativa al juzgar y calificar al otro por lo que no es. Lamentablemente, este fenómeno  es común en el trato hacia los pueblos originarios. En la película  podemos apreciar cómo Agustín y su abogado son etnocéntricos ya que no entienden que los Mapuches tienen una cultura que merece el mismo respeto que la de ellos y cuyas opiniones y creencias valen tanto como las suyas (no como argumenta el abogado). Podemos entrever sus prejuicios etnocéntricos en la manera en que tratan al cacique Mapuche una vez que él provoca, no intencionadamente, la muerte del hijo de Agustín. Despectivamente, lo tratan de loco y de animal (gritándole “mataste a un chico, animal de mierda”) solo por tener rasgos culturales distintos a los suyos.
Asimismo, otra clara actitud etnocentrista es la de la destrucción de las tierras naturales de los mapuches, donde se quiere construir un hotel a pesar de que esas tierras sean sagradas para la comunidad indígena. No se tienen en cuenta las opiniones y en parte derecho de estos pueblos originarios ya que son vistos como "inferiores" (por ejemplo, en el juicio, el abogado de Agustín desvaloriza a la cultura mapuche, llamándola inferior por su religión y clase social y declarando que no podía creer cómo se podía estar discutiendo por un indio). Esta descalificación ha tenido lugar históricamente a lo largo de los años, perdiéndose así de esta destrucción y choques naturales, numerosas culturas.

La cultura es definida como el modo de vida en la medida que los hombres intentan resolver sus necesidades, con soluciones prácticas a través de respuestas intelectuales o queriendo transmitir sentimientos, creencias religiosas y cosmovisión. Buscando soluciones para satisfacer sus necesidades, las sociedades forman sus propias culturas. Por ejemplo, el abrigarse es una necesidad que todos los seres  humanos buscan satisfacer; no obstante, los occidentales (como Miguel y Agustin) no se visten igual que las culturas mapuches (como Puculmán y su familia). En cuanto a nuestras necesidades de comunicación e identificación, todos tenemos un nombre y un apellido pero los occidentales son muy distintos a los Mapuches. Al buscar respuestas para la muerte y un buen presagio para los seres queridos, los mapuches realizan un ritual en el que se lleva al muerto al cementerio y se le canta y coloca objetos en el ataúd; sin embargo, la comunidad de San Martín de los Andes seguramente llevaría a cabo un ritual más occidental, llevando al muerto a un ataúd y haciendo una ceremonia religiosa.