sábado, 5 de julio de 2014

Reflexionando sobre la carta del gran jefe Seattle

Ayer, leí una carta que fue mandada por el gran jefe Seattle al gran jefe de Washington o el presidente de ese momento,Franklin Pierce. La carta fue escrita y enviada en el año 1854, con el propósito de responderle al presidente sobre la negociación de las tierras que heredó de sus antepasados. La carta me invitó a reflexionar sobre como pasan los años y hay cosas que siguen sin cambiar. Una de ellas es como todavia seguimos dependiendo de los europeos y como en muchas cosas, lamentablemente, nos dominan o son superiores(en ese momento la tecnología, las armas, la vestimenta, etcétera) y como es que también ellos se siguen creeyendo superiores a nosotros. En la carta, se menciona mucho la discriminación que había hacia ellos por su color de piel y el lugar en el que habitaban, los trataban como si fueran de una raza inferior y eso, tristemente,tampoco cambió y todavia se puede observar en la actualidad. Otra de las cosas, es la religión, los europeos creían que poseian de un Dios distinto al de los aborígenes o que ellos, directamente, no tenian. Eso me pareció muy cruel, en la carta, el gran jefe lo contradice diciendo que comparten el mismo Dios y que Él no hace diferencias y que cuando esten festejando su victoria por haber ganado sus queridas tierras, iván a ser castigados por Dios.
  Después, por el lado ambiental también hubieron cosas que me hicieron reflexionar y pensar. Pues,el emisor de la carta, el gran jefe Seattle, cuando habla en nombre del pueblo, por poco le ordena a Franklin y a los hombres blancos (como mencionan a los europeos en la carta) que cuide del ecosistema. Le pide que por favor cuide del aire,que lo comparten con todos los seres vivos del territorio, del agua, que es su hermana,y le pide que haga consciente a sus hijos y hijas del cuidado y del cariño con que deben tratar y cuidar al agua, fuente de vida, y finalmente, le pide que cuide de los animales, que no los maten por la simple idea de saciar su instinto asesino,como él ya vio hacer, sino por el hecho de sobrevivir. Al final de la carta, él cuenta que Dios castigara a los hombres blancos, de manera tal, que se extingan por caminar por montones de basura, que ya no quedara ninguna especie animal viva pues ellos acabaran con los recursos de la naturaleza, sin tener en cuenta, ni en lo más mínimo,  todo lo que ellos y sus antepasados cuidaron con tanto esfuerzo y dedicación.  

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