Sinceramente, mi afición por la lectura no empezó a una temprana edad, sino cuando a los once años mi mamá me regaló su libro preferido de la infancia, Violeta, un libro que trata sobre una chica extremadamente intelectual con una familia humorísticamente disfuncional, y de cómo ella con su gran intelecto se mete en un verdadero mundo de aventuras en pos de mejorar desde su lugar en el mundo la vida de las personas. El libro me encantó y al día siguiente ya me había leído el libro entero, sintiéndome insatisfecha en busca de una milagrosa segunda temporada (lo que aún me sigue pasando, cabe agregar) que nunca llegó, obviamente que me quedé con unas oprimientes ganas de seguir leyendo. Tanto que hasta le pedí a mi mamá que me comprara otro libro, estaba desesperada y mi mamá encantada con la idea de que estuviera leyendo me compró dos libros (ojalá fuera así hoy en día, en la actualidad estoy "censurada", por lo que con suerte puedo obtener un libro por mes, por lo que debe ser fríamente calculado ya que con la velocidad en que leo, quiero que el libro realmente valga la pena) que fueron rápidamente terminados. La verdad, que como todas las pasiones y hobbies, tuve progresos y fracasos, subidas y bajadas, que por más denso e interminable que fuera el libro, no impidieron que siguiera leyendo. Hubo libros, como La Quinta Ola, mi eternamente libro favorito,
que por más extenso que fuera su grosor, me los leía en horas simplemente. Hubo otros libros en cambio, que cuando me sentaba en el alféizar de mi ventana y comenzaba a leer una página,
de repente me interesaba más el canto del pajarito en el jardín que la trama del libro en sí, que me estancaba en el interminable proceso de releer la misma página una y otra vez sin poder avanzar. Sin embargo, por más aburrido que fuera el libro, o por cuanto más repleta estaba de tareas y responsabilidades, siempre le deje un espacio a mi lectura. Es de esta manera que es casi adictivo leer para mí, cuando leo busco relajarme, buscar un hueco de osio y esparcimiento en mi mente después de una larga jornada escolar o simplemente de un día cansador, busco a sí mismo pasar un buen rato y divertirme, también en parte sé que es bastante práctico que me guste la lectura en lo que incumbe a la cultura y al colegio, ya que me ayuda a perfeccionar mi vocabulario, mi ortografía, entre otras cosas.
¡Muy buen trabajo! Tu texto está completo, bien redactado y cumple con cada ítem pedido por la consigna.
ResponderBorrarTe corrijo la ortografía de tres palabras: oprimente, ocio y asimismo (que cuando significa "también" se escribe todo junto).
Me atrevo a una sugerencia final: si terminás tus libros demasiado rápido podrías considerar la posibilidad de tener un e-reader. Es un dispositivo con pantalla mate en el cual leer es muy cómodo. Existen muchísimas páginas web en inglés o en castellano donde podés descargar libros en forma gratuita. Si bien nada reemplaza al libro, se vuelve práctico a la hora de leer libros que son pesados para transportar (o difíciles de conseguir) o para "probar" si el libro te gusta antes de comprártelo.
Te recuerdo que es esencial que organices tu texto en párrafos diferentes, agrupándolos por unidades temáticas o "momentos" de la exposición.
9 (nueve)